Pasado y presente

Ser un vampiro como he relatado antes, no es algo tan restrictivo. Como varios saben, la luz del sol nos es mortal al igual que el fuego nos provoca heridas graves, aunque a mí no me causa grandes daños....
Tienes poderes inimaginables, pero convives con una bestia interior, la cual trata de liberarse y controlarte...

Pero no es de eso que deseo escribir hoy. Te compartiré algo que pocos saben, los relatos de tiempos pasados, pero no de historia, para eso puedes leer un libro. Te contaré parte de mi historia hasta hoy en día.

Duncan X. D'Aguille nació a mediados del siglo XI, ya que yo no siempre fui vampiro... ¿Que hay incorcondancia con las fechas? No te equivocas, efectivamente, yo tengo 1247 años mas o menos, y no hay ni 1100 años desde hoy a esa fecha, pero es porque Duncan "nació" en esa fecha... ¿No entiendes? No importa, no comprenderías...

Viví las Cruzadas, la Inquisición, el Renacimiento, el "Descubrimiento" de América, la Reforma, la Contrarreforma... Y tantos otros hitos que son importantes en la Historia Universal...

Pero... ¿De que sirve ser inmortal si nadie te acompaña?
He tenido la compañia de muchas doncellas, la mayoría de origen europeo. Me acompañan algunas aún como serviciales criadas, puesto que les he concedido parte de mi vida eterna.
Siendo vampiro he prescenciado a muchos antiguos que no tienen sentimientos. Han olvidado que se siente el amor. Y yo casi caigo en eso...

Un sentimiento casi dormido en mi despertó al verla. La conocí desde que nació. Era una linda bebita, con unos ojos profundos. No se que fue, pero vi sus ojos y quise protegerla. Entonces la seguí, siendo niña velé por su seguridad por medio de mis influencias. Nada anormal, tuvo una infancia normal, pero protegida de todo mal. Pero ocurrió la fatalidad, sus padres vieron lo que no debian y murieron en un accidente de tránsito provocado por vástagos de la Camarilla... Es algo que no pude evitar, una de las tantas cargas que llevo.
Bueno, protegí a esta niña, incluso vigilé sus estudios en la universidad, pero cuando me di cuenta que en su mente rondaban ideas de muerte, decidí aparecer.

No sabía que era lo que en mi helado corazón sentía en realidad, pero descubrí que aunque no latía ya, se manifestaba tal cual lo podía hacer antes... Sentí amor por aquella muchacha. Y todavía lo siento... Y dudo que deje de amarla... Mi pequeña Arian... Ya la conocereis, pronto... Y verás el porque de este amor...

Si, puedo amar...
Esta niña logró que mi corazón humano que está encerrado en esta cáscara inmortal volviese a vivir.
El miedo a perder su compañíz es mayor del que podrías sentir tu, mortal, puesto que no has experimentado la soledad, la completa soledad...
Aquella que ya no siento, gracias a ella...